Ante el Trono de Gloria

miércoles, 4 de marzo de 2015

Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas

"... porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas,
 derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo,"
2 Corintios 10:4-5


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