Ante el Trono de Gloria

domingo, 8 de febrero de 2015

Grito de Victoria, grito de unidad de fe y obediencia al Dios viviente

La fe y la obediencia, y la unidad:

Los israelitas en este momento tienen  una actitud diferente, obedecen las instrucciones del Josué el líder  y autoridad espiritual escogido por Jehová. 

Josué les transmite las órdenes de Jehová, de dar una vuelta cada día alrededor de los muros de Jericó. Solamente al séptimo día tienen que dar siete vueltas,  para finalizar en la última vuelta con un Grito únánime de todo el pueblo.

Entonces la murmuración trae consigo castigo, maldición y muerte. Lo contrario sucede ante la obediencia, inclusive,  a tener que hacer cosas que parecen locura al pensamiento humano, pero para la Omniciencia y sabiduría de Dios trae la Victoria para todos los hijos e hijas que obedecen sin murmurar, sin rebelión.

Nosotros, debemos desarraigar todo espíritu de murmuración, lo cual está latente todos los días, no solamente como miembros del Cuerpo de Cristo, sino, también en la familia. En todo lugar y ocasión estamos expuestos a la tentación:

 A la  queja, la crítica,  murmuración, juicio hacia las demás personas, cómo si Dios necesitara que le ayudemos. No, Jehová ha nombrado un justo Juez y  se llama Jesucristo. ¡Cuidado! Que alguna persona esté osando tomar el lugar del Rey y juez designado.

"... Y sucedió que en el séptimo día se levantaron temprano, al despuntar el alba, y dieron vuelta a la ciudad de la misma manera siete veces; solamente este día dieron vuelta a la ciudad siete veces.
Y aconteció que, a la séptima vez, cuando los sacerdotes tocaron las trompetas, Josué dijo al pueblo: ¡Gritad! Porque Jehová os ha entregado la ciudad." 
Josué 6:15-16


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