Ante el Trono de Gloria

sábado, 24 de enero de 2015

Los labios del justo apacientan a muchos, pero los necios mueren

"... Los labios del justo apacientan a muchos, pero los necios mueren por falta de entendimiento." Proverbios 10:21



Mi pueblo fue destruido por falta de conocimiento

"... Mi pueblo es destruido por falta de conocimiento. Por cuanto tú has rechazado el conocimiento, yo también te rechazaré para que no seas mi sacerdote; como has olvidado la ley de tu Dios, yo también me olvidaré de tus hijos." Oseas 4:6


Si no somos diligentes escudriñando la Palabra de Dios, el enemigo avanza, nos roba las bendiciones. Prosperando los planes y diseños del infierno:


Enfermedades, miseria, pobreza, destrucción de la familia, muertes repentinas,
Maldiciones y pecados de nuestros ancestros  que pasan de una generación a otra, por lo cual perseveran  diseños del infierno generación tras generación.
Por lo tanto, somos responsables de hacer efectivo lo que Jesucristo hizo en la Cruz del Calvario.
Levantarnos y como valientes guerreros y guerreras del Reino de Dios, con el poder que se nos ha otorgado al recibir a Jesucristo, como nuestro suficiente Salvador.
Como hijos del Dios viviente Jehová de los ejércitos, tenemos la autoridad para deshacer las obras del infierno, en el poderoso nombre de Jesucristo el Señor.
La sangre derramada en la cruz del Calvario para redención y perdón de todos nuestros pecados, en todos aquellos que por la fe lo creen y se apropian de la palabra.
De manera, que es fundamental escrudriñar las Escrituras, porque la Palabra es como  espada, atacamos al enemigo por medio de hablar. 

En Jeremías 23:29, dice lo siguiente: 

"... ¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra?"


Entonces, si conocemos bien la Palabra de Dios, podremos estar listos tanto  para atacar, como  también para defendernos del enemigo, soltando  la Palabra con toda la autoridad,  porque tenemos la victoria asegurada  por medio de  Jesucristo, noten:


Somos hijos del poderoso Dios de Israel, por medio de la sangre del Cordero de Dios, Jesucristo. Tenemos linaje real, y somos más que vencedores. Debemos caminar por la fe,  y hablar la Palabra de Dios con  convicción,  el diablo tiene que retroceder, y huir por siete caminos como lo dice, Deuteronomio 28:7.
Nosotros no seremos destruidos, ni nuestros seres amados, porque estamos apercibidos de las maquinaciones del reino de las tinieblas, por lo cual peleamos día a día la batalla de la fe.


 


Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo


Pronta esté tu mano a socorrerme, porque tus preceptos he escogido.


Me tomaste de mi mano derecha